Oculto Sendero (Renacimiento) Jot Down 09/03/17
OCULTO SENDERO 2ªED
FORTUN,ELENA
Editorial RENACIMIENTO EDITORIAL
Coleccion: BIBLIOTECA ELENA FORTUN
ISBN 978-84-16685-77-6
EAN 978841668577
La autobiografía, por lo tanto, no es total. El final de la novela una huida a América que ella también realizaría, pero acompañada de su marido es más bien el anhelo de la autora, enamorada de la grafóloga Matilde Ras, con quien mantuvo una intensa correspondencia; un amor «casto en apariencia», sin embargo, sus cartas (publicadas en El camino es nuestro) «indican que entre ellas hubo una atracción erótica». Para ella está escrita Oculto Sendero, aunque nunca llegó a entregársela. Meses antes de morir escribió a la escritora argentina Inés Field (mujer a la que amó desde el principio del exilio hasta el final de sus días) para pedirle que quemase unos borradores originales que había dejado en Buenos Aires, pero ella le desobedeció. Uno de estos textos era Oculto sendero (firmado, por cierto, con un pseudónimo: Rosa María Castaños) y fue Marisol Dorao, biógrafa de Elena Fortún y autora del libro Los mil sueños de Elena Fortún, quien recuperó el documento en un viaje a Argentina.
Encarnación Aragoneses Urquijo continuó viviendo su sexualidad en secreto y casada hasta el final; Elena Fortún mandó quemar Oculto sendero; Celia se casó. Hizo falta una cuarta mujer, una de alma y mirada nuevas, que se atreviese, aunque fuese tarde, a andar el camino hasta el final. Pero aún quedan incógnitas: Carmen Martín Gaite fue de las pocas estudiosas y reivindicadoras de la autora incluso guionizó la adaptación a televisión de Celia y muy probablemente llegó a saber de su homosexualidad. Los rumores existían en vida, y ella, devoradora de las historias de Celia en su cuarto de atrás, se empeñó con ahínco en saber qué o quién había detrás de Elena Fortún y, sin embargo, nunca habló sobre su homosexualidad ni tampoco la relacionó con el tipo literario más famoso y genuino de la literatura femenina de posguerra: la «chica rara» era, desde luego, rara, pero lesbiana parece que no. Toribio, experta en la obra de Martín Gaite, cree que lo que fundamentalmente interesó a la autora de Entre visillos de Elena Fortún «fue su mirada: el resultado de la interacción entre la vida y la voluntad e intención para con el hecho literario, es decir, la obra». Si Martín Gaite supo de su homosexualidad, lo más probable es que no considerase «que conocer su lesbianismo fuese a aportar ninguna aportación crítica o constructiva a la obra de Elena Fortún. Dado el contexto histórico precedente, podría incluso perjudicar el legado literario de esta»