Una novela con crisis existencial (Revista MERCURIO)
HERIDA SE MUEVE,LA
RODRIGUEZ RODRIGUEZ,LUIS
Editorial TROPO
Coleccion: VOCES
ISBN 978-84-96911-89-5
EAN 978849691189
En la novela hay confusión de identidades, a través de la suplantación, y también hay mezcla de narradores, gracias a una técnica que Rodríguez aprendió de Flaubert: la duplicidad del pretérito imperfecto de indicativo cuando se aplica a la tercera y a la primera persona (tenía, hacía, etc.), haciéndolas indistinguibles. Esa fina ambigüedad verbal es solo uno de los diversos trucos que Rodríguez utiliza para desestabilizar la normalidad narrativa, para hacer tambalear al lector los cimientos de su lectura (p. 48), para inquietarle y hacerle ver que no solo los personajes ignoran qué les mueve: quizá tampoco nosotros lo sepamos. La vida resulta así una paradoja inexplicable y las poco convencionales y crueles novelas de Rodríguez son la manifestación plástica de esa visión tan nihilista como puntualmente apropiada.
Luis Rodríguez. © Verónica Badenas
Luis Rodríguez. © VERÓNICA BADENAS
Los personajes de La herida se mueve no se preguntan el porqué de las cosas ni de sus actos, solo los ejecutan; el narrador anota no solo los hechos que suceden en la obra, también los que no acaecen, aludiendo a lo azaroso de cualquier desenlace. Las citas del Monsieur Teste de Valéry pueden apelar a la incapacidad de Genaro de pensarse y entenderse. Algunos tachados, esparcidos aquí y allá, hacen dudar al lector de si está leyendo una historia o la escritura de una historia. Algunos caracteres reaccionan inesperadamente ante los estímulos y otros se estimulan con lo inesperado; pequeñas historias se insertan con las demás tejiendo un corpus textual en el que todo, literalmente, es posible. Rodríguez construye una narración que no despeja las preguntas porque quizá el trabajo de la mejor narrativa no sea ese, dar respuestas, ni siquiera ofrecer preguntas, sino cuestionar quién y por qué hace las preguntas y, sobre todo, qué necesidad hay de contestarlas. Si es verdad, como Antonio Orejudo ha dicho a veces, que una novela debería ser aquello que una película no puede contar, La herida se mueve es una novela como pocas, un texto en busca de sí mismo, una sacudida que situará al lector ante la duda más que necesaria acerca de qué debe ser una novela en estos tiempos.