No puedo juzgar la traducción del libro de Lerner porque no lo he leído ni en versión española ni en versión original, pero la crítica que desliza el reseñista en el último párrafo es totalmente injusta porque las cosas sucedieron como dicen Lerner y su traductora. El puente del Tay que se hundió en 1879 tenía en su parte central una estructura de hierro sobre la vía que fue la que se desplomó sobre el tren provocando su caída. Si, según el reseñista, a la traductora le ha faltado inspiración, a él le ha sobrado. Lo gracioso es que alguien crea que las cosas ocurren como le gustaría a la gramática.
No puedo juzgar la traducción del libro de Lerner porque no lo he leído ni en versión española ni en versión original, pero la crítica que desliza el reseñista en el último párrafo es totalmente injusta porque las cosas sucedieron como dicen Lerner y su traductora. El puente del Tay que se hundió en 1879 tenía en su parte central una estructura de hierro sobre la vía que fue la que se desplomó sobre el tren provocando su caída. Si, según el reseñista, a la traductora le ha faltado inspiración, a él le ha sobrado. Lo gracioso es que alguien crea que las cosas ocurren como le gustaría a la gramática.